La Oración Íntima Con El Espíritu Santo
Segunda Parte
Pensando Los Pensamientos de Elohim (Dios)
En Romanos 8:27, Rabí Shaul (Apóstol Pablo) nos enseña lo siguiente: “…el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Elohim (Dios) intercede por los santos”.
Muchas veces, Elohim (Dios) revela detalles acerca de las personas por quienes oramos. Eso es lo que quiero dar a entender con el tema de: “Pensando los Pensamientos de Elohim (Dios)”. Estas percepciones otorgadas por el Espíritu nos capacitan para ayudar a los que necesitan arrepentirse y dejar de hacer cosas que puedan estar contribuyendo a los problemas que afrontan. Además, recibimos percepciones del Adonay (Señor) a fin de poder orar por ellas de manera más específica. Todo intercesor que ora en el Espíritu mantiene su mente y corazón sometidos a la voluntad del Espíritu Santo, a fin de percibir Sus pensamientos y dirección divina.
Nosotros no somos “infalibles” (exentos de errores) cuando nos movemos en los “Dones” [capacitaciones divinas] del Espíritu Santo. Hay sabiduría y seguridad en la percepción de una “palabra del Adonay (Señor)” confirmada o correspondida entre el grupo de oración. Cuando cada intersesor está en armonía o reciprocidad mental respecto a algo, se tiene la seguridad de que poseemos la mente de Cristo. Luego, continuamos en oración siguiendo ese mismo principio de revelación divina.

Orar con el Espíritu y con entendimiento
“Oraré con el Espíritu, más oraré también con entendimiento” (I Corintios 14:15).
Es pues conveniente que tanto el entendimiento como el corazón y los labios participen en la oración. Lo que se hace con entendimiento se hace más eficaz, consciente y sinceramente. Esto fue lo que hizo que el apóstol rogara por los colosenses, para que Elohim (Dios) les llenara “del conocimiento de su voluntad, en toda sabiduría y espiritual inteligencia” (1:9); y por los efesios, para que Elohim (Dios) les diera “espíritu de sabiduría y de revelación para su conocimiento; alumbrando los ojos de vuestro entendimiento” (Efesios 1:17, 18); e igualmente por los Filipenses, para que su amor abundara “aún más y más en ciencia y en todo conocimiento” (Filipenses 1:9). Es conveniente que el hombre tenga entendimiento suficiente de todo aquello que emprende, ya sea secular o espiritual; y por tanto, y con mayor razón, han de desearlo todos los que aspiran a ser intercesores, es decir, hombres y mujeres de oración.
Entendimiento quiere decir hablar en nuestra propia lengua y tener conciencia espiritual de lo que dices y a quien lo dices: Pasaré de largo lo uno y me ocuparé solamente de lo otro. Para ofrecer las oraciones debidamente, es preciso que haya- un entendimiento sano y espiritual en todos los que oran a Elohim (Dios).
Orar con entendimiento es orar bajo la instrucción y guianza del Espíritu, comprendiendo la necesidad de aquello que el alma ha de pedir. El entendimiento espiritual percibe en el corazón de Elohim (Dios) la predisposición y buena voluntad para dar al alma aquellas cosas que necesita. No hay nada que induzca tanto al alma a buscar a Elohim (Dios) y a clamar pidiendo el perdón, como el entendimiento de que en el corazón de Elohim (Dios) hay el deseo de salvar a los pecadores, y el deseo de bendecir a sus hijos.
Una vez el entendimiento ha sido espiritualmente iluminado, se descubre cómo el alma debe allegarse a Elohim (Dios): lo cual sirve de gran aliento. Más por el contrario, si no se tiene esta iluminación, no se sabrá cómo empezar ni cómo proseguir, señoreando entonces el desaliento hasta hacer que se abandone la empresa.
El entendimiento iluminado ve en las promesas de Elohim (Dios) suficiente amplitud para sentirse alentado a orar; lo cual le añade fortaleza sobre fortaleza. Así como cuando los hombres prometen ciertas cosas a los que vengan por ellas, esto constituye motivo de aliento a los que conocen tales promesas, así también ocurre con los que conocen las promesas de Dios.
Una vez iluminado el entendimiento, queda abierto el camino para que el alma se llegue a Elohim (Dios) con argumentos adecuados, a veces en forma de contienda, como en el caso de Jacob (Génesis 32: g); a veces -en forma de súplica, y no verbalmente tan sólo, sino que aun en el corazón el Espíritu introduce a través del entendimiento argumentos eficaces y capaces de conmover el corazón de Elohim (Dios).
El entendimiento bien iluminado es también de admirable utilidad, tanto en lo que respecta al tema como a la manera de orar. El que posee un entendimiento ejercitado para discernir entre el bien y el mal, y un sentido de la miseria del hombre y la misericordia de Elohim (Dios), no necesita que los escritos de otros hombres le enseñen a clamar por medio de fórmulas de oración.
Es necesario que haya un entendimiento iluminado con el fin de que el alma sea llevada a continuar en el servicio y deber de la oración.
El sentido de la oración
La oración no es soltar unas pocas expresiones de un parloteo elogioso y de vanas repeticiones, sino un sentimiento sensato en el corazón. La oración es sensible a muchas cosas diferentes. A veces oramos con un sentido de pecado, otras veces con un sentido de misericordia que necesitamos o recibimos, y otras veces con un sentido de que Elohim (Dios) está listo para otorgarnos su misericordia y perdón. Debido a que comprendemos el peligro del pecado, sentimos a menudo en oración nuestra necesidad de misericordia. Nuestra alma siente. Ese sentimiento nos hará suspirar y gemir, y ablandará el corazón.
La oración correcta puede rebosar del corazón cuando esta presionada por el dolor y la amargura. Cuando Ana oraba por un hijo, la Biblia dice: “Con amargura de alma oró a Yahveh, y lloró abundantemente”, y el Adonay (Señor) escuchó su oración y concibió y dio a luz al gran profeta Samuel (1 S. 1:10). David describe algunas de sus oraciones diciendo: “Cansado estoy de llamar; mi garganta se ha enronquecido; han desfallecido mis ojos esperando a mi Elohim (Dios)” (Sal. 69:3). David clama, llora, se debilita su corazón, languidecen sus ojos: “Estoy debilitado y molido en gran manera; gimo a causa de la conmoción de mi corazón. Adonay (Señor) , delante de ti están todos mis deseos; y mi suspiro no te es oculto. Mashiaj clamó con voz fuerte y lágrimas en sus oraciones: “En los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente” (He. 5′.7). Mashiaj clamó y lloró debido a su sentido de la justicia de Dios, de la culpabilidad del pecado y de los dolores del infierno y de la destrucción.
“Las oraciones de los santos a veces están llenas de alabanza y acción de gracias. “

Este es un gran misterio: el pueblo de Elohim (Dios) ora con sus alabanzas, como está escrito: “Regocijaos en el Adonay (Señor) siempre. Otra vez digo: iRegocijaos! Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Adonay (Señor) está cerca. Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Elohim (Dios) en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Elohim (Dios) que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Yeshua ha Mashiaj” (Fil. 4:4-7).
Cuando usted ora a Elohim (Dios) con una gratitud sensible por las misericordias que ha recibido de su mano, su oración es poderosa a los ojos de Elohim (Dios) . Esa oración prevalece con Él indeciblemente. A veces en oración, nuestra alma tiene un sentido de la misericordia que necesitamos recibir, Esto llena nuestra alma de fervor como David oró: “Porque tú, Yahveh de los ejércitos, Elohim (Dios) de Israel, revelaste al oído de tu siervo, diciendo: Yo te edificaré casa. Por eso tu siervo ha hallado en su corazón valor para hacer delante de ti esta súplica. Ahora pues Yahveh Elohim (Dios) , tú eres Elohim (Dios) , y tus palabras son verdad, y tú has prometido este bien él tu siervo” (2 S. 7:27, 28).
Ministerio Mesiánico de Salvación La Sangre de Yeshua