El Misterio de la Ley en el Corazón del Hombre

Alaben el nombre de Yahveh; Porque él mandó, y fueron creados.  
Los hizo ser eternamente y para siempre; 
Les puso ley que no será quebrantada.  
                                                                       (Salmo 148:5-6)

Si hay un tema en el que en definitiva se esconde uno de los grandes misterios del Altísimo, este es el del papel de la Ley de Yahveh en el corazón del hombre. La comprensión de esto tiene una importancia que trasciende lo que hasta ahora hemos entendido, pues de la respuesta a esta interrogante entraremos a comprender en el ruaj el misterio de la verdadera razón por la que Mashiaj hizo lo que hizo en el madero.

Si bien ya en ocasiones anteriores hemos tocado este tema, nos es necesario recordar que existe una Ley Eterna y Celestial, así como una temporal y terrenal. ¿A que nos referimos con esto? Veamos en la Palabra:

Cercano estás tú, oh Yahveh, Y todos tus mandamientos son verdad. Hace ya mucho que he entendido tus testimonios, que para siempre los has establecido.  Salmo 119:151-152

 Para siempre, oh Yahveh, Permanece tu palabra en los cielos. Salmo 119:89

 Ahora, pues, oh Israel, oye los estatutos y decretos que yo os enseño, para que los ejecutéis, y viváis, y entréis y poseáis la tierra que Yahveh el Dios de vuestros padres os da.  No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Yahveh vuestro Dios que yo os ordene.  Deuteronomio 4:1-2

No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.  De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.  Mateo 5:17-19

Estos son versos que establecen la perpetuidad de la Ley, y que ella es celestial, pues se dice que fue guardada por siempre (estableciendo su eternidad) y en los cielos (estableciendo su naturaleza celestial). He aquí algunos otros versos, ahora acerca de la Ley Temporal.

 

Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas. Mashiaj nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), Gálatas 3:10-13

Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador.  Gálatas 3:19

Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra. Romanos 7:6

A la luz de estos versos, y muchos otros de Shaul, hay una Ley que fue añadida (de manera que no es eterna, sino que se agrega tras la transgresión del hombre), y esta es una Ley a la que hemos muerto. Y si hemos muerto a ella, ¿como la guardaremos? No es difícil notar las aparentes contradicciones entre los versos antes leídos y los del Shaliaj Shaul. ¿Donde radica la confusión de la mayoría? En que existen dos leyes, una terrenal para los que andan en la naturaleza de esta creación, y una celestial para aquellos en los que la naturaleza primigenia del hombre ha sido restaurada. Les pregunto, ¿saben ustedes a cuál Ley era necesario morir? Y aún más importante, ¿Por qué teníamos que morir a esa Ley para volver a tener común unión con Elohim? Si Adán fue creado con la ley de Yahveh en Su corazón, ¿de que Ley entonces habla Shaul cuando dice que fue agregada?, de manera que no tuvo participación en esta creación sino hasta después de la caída del hombre por su transgresión. La Ley celestial, es la que siempre ha existido con el Abba, pues ella es Mashiaj mismo. Como lo testificó el Shaliaj Yohanan: La Palabra estaba con Elohim en el principio, y ella misma era Elohim. ¿De quién se nos habla? De Yeshua. ¿O acaso nos es desconocido que Yeshua fue la Torah hecha carne? Decir, entonces, que la Ley no es eterna es decir que Yeshua no es eterno. Y decir que la Ley no es divina y de origen celestial es negarle los mismos atributos al Mashiaj de Israel. Él es la Palabra que se hizo carne, la Ley Eterna que es el corazón mismo del Abba de las Luces pues la Ley no es más que la manifestación tangible del mismo Ruaj de Yahveh que obra en el corazón del hombre cuando este acata y obedece la palabra de todo su corazón. ¿Les suena extraño lo que digo? Responda entonces usted, ¿Por qué el Ruaj Hakodesh fue derramado sobre los discípulos de Yeshua en la fiesta de Shavuot, fiesta en la que se conmemora la recepción de la Torah por parte del pueblo de Israel? ¿Por qué no descendió en Pesaj o Yom Kippur? Descendió en Shavuot porque así tenía que hacerlo para completar lo que ya había iniciado, pues el Ruaj ya se había entregado a Su pueblo cuando este recibió la Ley, pero siendo el primer pacto el pacto de lo material, Él se dio a sí mismo en una naturaleza material en palabras humanas y comprensibles a la mente humana pero que encerraban Su misma naturaleza de santidad y perfección. En el Brit Hadasha, el pacto de lo espiritual se derramó como lo que Él es, espíritu. Sepa usted que en definitiva la Ley Eterna es Yahveh mismo. De manera que jamás y nunca podremos hablar de ella como temporal ni terrenal, ni mucho menos como abolida, pues Elohim no puede ser abolido.

¿Que, entonces, con la Ley añadida y terrenal? Esta fue agregada como el resultado de la difracción de la naturaleza terrenal de la celestial en el hombre. Como ya sabemos, el hombre fue creado con una naturaleza dual, terrenal y celestial. El hombre tenía común unión con Yahveh, y su voluntad iba siempre de acorde a la de Su Creador pues el hombre fue creado con la imagen y semejanza del Altísimo. La Ley de Yahveh estaba en el corazón del hombre, por eso el hombre agradaba al Abba pues Su naturaleza era de pureza y santidad, era la naturaleza del mismo Yahveh, era una naturaleza celestial. Al hombre transgredir la Ley celestial al desobedecer a Yahveh, el hombre perdió su comunión con el Abba y se estableció en el la naturaleza de pecado. Esta última es una naturaleza terrenal y caída, y siendo así el Eterno tuvo que proveer una Ley terrenal para preservar al hombre hasta que este fuera restaurado por la obra del Cordero. De ahí que la Ley cuyo fundamento eran los sacrificios de animales solo tenía efectividad temporal sobre la naturaleza terrenal del hombre, su ser espiritual no era limpiado con tales ofrendas porque así como lo terrenal es limpiado con sacrificios terrenales, así mismo la naturaleza celestial solo podía ser limpiado con el sacrificio de uno que fuera celestial. Ahí, empieza el misterio de por qué tenía que ser Elohim mismo en Su Hijo quien hiciera la obra. ¿Cómo, entonces, dudaremos de la divinidad de Yeshua Ha Mashiaj? Pues si no hubiera sido Dios el que baño el madero, entonces Su sacrificio no hubiera tenido más valor que el de los animales, por limitarse solamente a lo terrenal.

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Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión. Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos. Hebreos 9:22-23

¿Tenemos realmente un conocimiento acabado del por que la obra redentora de Mashiaj en la cruz del Calvario parecía imposible, y efectivamente lo era para todo hombre?

Entendiendo la naturaleza dual del hombre, la física y la espiritual, debemos entonces comprender por que era necesario un sacrificio que restaurara ambas partes del hombre. La naturaleza celestial, como ya hemos dicho, no podía ser limpiada con sacrificios terrenales, pero si el sacrificio que se efectuara hubiera sido solo espiritual, entonces no habría redención del alma (que posee doble naturaleza) sino solo del espíritu, puesto que este es celestial (en el caso de los hijos de salvación, pues sabemos que los hijos de ha satán no son semilla divina).

Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión. Hebreos 9:22

De manera que para redimir el alma del hombre era necesario el sacrificio de uno que pudiera con Su obra limpiar tanto la naturaleza terrenal del hombre como la celestial, porque ambas tienen presencia en el alma. El Abba es Ruaj, de manera que El no tiene relación con lo terrenal, la semilla del Abba que se estableció desde el principio en la tierra desde Adán y que fue pasando de primogénito en primogénito, es decir de cuerpo corpóreo en cuerpo corpóreo, como una semilla cuyo origen era el mismo Elohim Creador de todo cuanto existe, el portador de la semilla de Yahveh siempre fue uno con Su Abba. Por eso en Yeshua el Abba depositó todo, el Ruaj Celestial, el Ruaj del Unigénito que es Elohim Todopoderoso, pero también la herencia que se estableció en carne y sangre desde el principio con el propósito de restaurarlo todo. ¿Para que fue creado Adán? Ya lo hemos leído a la luz de la Palabra:

Así dice Yahveh, el Santo de Israel, y su Formador: Preguntadme de las cosas por venir; mandadme acerca de mis hijos, y acerca de la obra de mis manos. 
Yo hice la tierra, y creé sobre ella al hombre. Yo, mis manos, extendieron los cielos, y a todo su ejército mandé. Yo lo desperté en justicia, y enderezaré todos sus caminos; él edificará mi ciudad, y soltará mis cautivos, no por precio ni por dones, dice Yahveh de los ejércitos.  Isaías 45:11-13

El hombre fue creado como vehículo para restaurar. Le pregunto, ¿sabe usted que significa ´´Reparador de Portillos´´? En el plan eterno y perfecto del Altísimo se trata de restaurar la Creación, y ello va relacionado con levantar a Sion de su ruina.

La eficacia del sacrificio del Cordero radica en la dobla naturaleza del que fue crucificado, y en que él fue perfecto en ambas, como espíritu y como hombre. Por eso, cuando fue traspasado con una lanza salieron de Su costado agua y sangre, evidenciando la doble naturaleza del que había muerto, y, en vía de consecuencia, que Su obra restauraba tanto lo terrenal como lo celestial.

Tal Ley terrenal solo nos seria útil hasta la venida de Mashiaj, pues tras Su obra por medio de El hemos vuelto a tener comunión con el Abba y se ha restablecido en nosotros  la naturaleza celestial. Es por eso que la Ley terrenal es para los terrenales, pues estos no han sido revestidos de Mashiaj.

Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente; conociendo esto, que la ley no fue dada para el justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la sana doctrina, según el glorioso evangelio del Dios bendito, que a mí me ha sido encomendado.   1 Timoteo 8-11

 

Y todo aquel que se acerca a Elohim mediante esta Ley, están bajo maldición, ¿por qué? Porque si tienen la necesidad de acercarse a El mediante esta Ley es porque transgredieron la Ley Celestial, y por ende fueron destituidos de la gloria de Elohim.

Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.  Gálatas 3:10

Los que hemos sido revestidos de Mashiaj, no estamos llamados a guardar esa Ley pues ya, aunque andamos en un cuerpo de carne y sangre, en nosotros se ha establecido la naturaleza del Ruaj, y por ende andamos en obediencia a la Ley Eterna, esta es la Ley de Mashiaj, la Ley Celestial.

Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Yeshua ha Mashiaj; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.  Gálatas 3:26-27

Esta es la Ley de la que profetizó el profeta Jeremías que sería escrita en nuestra mente y corazón en el Brit Hadasha.

Ahora, nos es necesario preguntarnos acerca de la Ley Terrenal, ¿porque teníamos que morir a ella para volver a vivir para Elohim? Porque sin duda alguna el que está vivo para esta Ley está muerto para Elohim, y viceversa.

¿Por que fue dada la Torah en el Monte Sinai, que da hijos para condenación? ¿Por qué si la Ley es buena, y obviamente hablamos de la Ley Temporal, ella redundo en muerte para nosotros? Es bueno saber, que la misma Ley terrenal no es nueva. Cosa que no debe sorprendernos porque ciertísimamente nada nuevo hay debajo del sol. Es necesario que sepamos qué fue lo que sucedió en el Monte Sinai, ¿para qué convocó el Altísimo a Su pueblo en la antigüedad cuando nuestros padres recibieron la Ley?.

Yahveh convocó a Israel para separarla de las demás naciones de la tierra como Su novia. El concepto hebreo del ´´Brit´´, es decir el pacto, de Yahveh con Israel es el pacto de un novio con Su novia. Y para desposar a Israel como Su amada el Eterno les entregó Su Torah, de manera que la Torah en si misma era el fundamento del pacto entre Yahveh y Su nueva esposa. Ahora, sabemos que antes ya había una esposa, como lo hemos leído en innumerables ocasiones en Gálatas 4: 21-31, y que en Israel Yahveh se proveyó del reemplazo de la que se sublevó contra el Altísimo.

El misterio radica en que al Israel no ser la primera novia, entonces ella no fue la primera en recibir la Ley. Porque la Ley ya había sido entregada al espíritu que era tanto novia como hijo. Hagamos un pequeño análisis sobre esto, cuando a usted se le entrega algo, usted tiene un derecho natural sobre lo que se le entrego, de manera que la vieja esposa tenia un derecho natural sobre la Ley y sobre todos los que estuvieran bajo aquella Ley, ¿por que? Porque una madre tiene derecho sobre sus hijos, y este derecho es inalienable, es decir que mientras ella fuera madre nadie le podía privar de su derecho sobre sus hijos. ¿Por qué se recibió la Ley en el monte de la vieja esposa? Porque hacia ya tiempo que precisamente en ese monte la Ley ya había sido entregada y recibida por otro, y ese otro era señor legítimo de todo aquel que se acercara a Yahveh mediante esa Ley, pues el que así lo hacía se acercaba a Yahveh mediante el espíritu que antes mediaba entre el Abba y Su creación, el que tenia el Sumo Sacerdocio y que por ende tenia dominio sobre los que estuvieran bajo su Ley, él era el mediador del viejo pacto, así como Yeshua es el mediador del nuevo, porque en cada pacto el pueblo se acercaba al Abba a través del ángel del pacto. Pues aunque la Ley proviene de Yahveh, y es de Yahveh, a él le fue dado un derecho natural sobre ella, por eso aquella Ley tenia que desaparecer. Por que al hacerlo, desaparecía con ella el espíritu cuyo poder estaba en la Ley.

Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley.  1 Corintios 15: 54-56

  De manera que estando muertos a la Ley, hemos muerto al que tenía dominio sobre la Ley. Ahora, habiendo muerto a la Ley somos de otro, del espíritu de la Ley Eterna, que es el mismo Yeshua Ha Mashiaj.

¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen la ley), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive? Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido. Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que, si se uniere a otro marido, no será adúltera. Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Mashiaj, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios.  Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte. Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra.  Romanos 7:1-6

 Si analizamos esa porción de la Palabra con la lupa del Ruaj nos encontraremos con que Shaul dice que para ser esposa de Mashiaj nos era necesario morir a aquella Ley porque mientras estuviéramos bajo ella seriamos esposa de otro. ¿Como es esto posible? ¿No fue Yahveh el que dio la Ley? Sin ninguna duda. Pero hay que entender que Yahveh no se retracta de Sus Palabras y como aquella Ley ya tenia heredero era necesario establecer la Ley Celestial en el corazón del hombre, y así entonces ser novia de Yeshua Ha Mashiaj.  El apóstol establece que estar bajo la ley es estar bajo el señorío de un espíritu que no es el de Mashiaj, y que para unirnos a Mashiaj es necesario morir a esa Ley para poder unirnos legítimamente a Mashiaj, porque mientras estemos bajo la ley somos esposa de otro que no es Mashiaj. Pero en Mashiaj hemos muerto a esa Ley, para ser de otro, de Mashiaj. De manera, reitero, que mientras estuviéramos bajo la Ley terrenal estaríamos bajo el dominio de un espíritu que no es el de Mashiaj. Les pregunto, ¿qué espíritu es el que ejerce su dominio sobre lo terrenal? ¿Sabe usted quien es el príncipe de este mundo, el dios de este siglo, y el que tiene el dominio de la voluntad de los que andan en la naturaleza de la carne? Usted sabe que se trata de ha satán. Más aun, y no le parezca extraño lo que voy a decir, él es el que ejerce su dominio sobre los hijos de desobediencia, es decir, los que son de la carne, pues los obedientes somos del Ruaj. Estos, los que son de la carne, son los que están separados de Yahveh, y dependen de las obras de la Ley Terrenal para subsistir, estos no serán salvos pues por las obras de la Ley nadie se salvara. ¿Cómo puede el Adversario tener dominio sobre los que andan bajo la Ley Terrenal? Por su derecho sobre la naturaleza de pecado.

 ¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás. Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto. Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí.  Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte; porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató.De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno.   Romanos 7:7-12

El mandamiento a la verdad es bueno, pero por el dominio de ha satán sobre la materia esta Ley nos fue canal de condenación. Por eso, era necesario morir a esa Ley al morir a la naturaleza en la que opera esa Ley, la terrenal. El Eterno nos ayude a entender, pues de este misterio se desprenden muchos otros. Entendamos, pues, que los que somos del Ruaj andamos bajo la Ley del Ruaj, que es la Ley Eterna. ¿Cual es esta Ley? El amor. Por amor a Yahveh yo voy a obedecer Sus mandamientos, y voy a vivir una vida de santidad viviendo Su Palabra que ha sido escrita en mi mente y corazón. Esa es la Ley Eterna, la que al ser escrita en nuestro corazón nos lleva a vivir para Elohim y para servir a nuestros hermanos por amor. Y si yo amo a Yahveh, yo hare Su voluntad porque ella está en mi corazón que ha sido unido al Suyo por el Ruaj Hakodesh. De manera que lo natural en mí ya no es hacer lo malo, sino morir a la naturaleza de maldad y despertar a la naturaleza de santidad que es la misma Palabra cuando la vivimos de todo corazón. No los mandamientos cuyo rol se limitaba a lo terrenal, pues estos ciertísimamente han sido abolidos y gloria a Elohim por ello, pues si no estaríamos condenados al juicio eterno. Más bien guardamos los mandamientos que vivifican nuestro hombre interior aquellos mandatos que ciertísimamente son eternos y celestiales, pues ellos son inherentes a la naturaleza celestial. Los que son del Ruaj, entiendan estas palabras.

Yahweh prometió a Abraham nuestro padre que en su simiente serian benditas todas las naciones de la tierra, y en la simiente Abraham que es Yeshua todas las naciones fueron bendecidas, ahora bien usted y yo sabemos que las Primicias del Altísimo somos uno con Yeshua Ha Mashiaj, de manera que en este tiempo en nosotros el Eterno habrá de bendecir a todas la naciones con Su revelación y Su gloria que están para ser manifestadas en este pueblo para todos los demás pueblos de la tierra. Toda gloria es del Altísimo Melej que habita la eternidad. 

Amen!

Ministerio Mesiánico de Salvación la Sangre de Yeshua

Ev. Isaac Mercado

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