Elohim (Dios) siempre ha amado a sus hijos, con un amor que no existe capacidad en la mente humana para entenderlo, pero ese amor no se corresponde con la forma de amar en la tierra. En la tierra tenemos padres irresponsables que, con un amor desmedido, viendo el mal accionar de sus hijos prefieren ignorarlo, y no corregirlo para no hacerlos llorar, pero en el mundo espiritual no es así, hay principios, hay reglas, cada accionar trae una consecuencia inquebrantable, y por más que Elohim (Dios) te ame debe hacer cumplir su justicia, sin importar quién o de donde seas.

Así como Israel, el pueblo de Elohim (Dios) se apartó de sus caminos y Elohim (Dios) como su Padre lleno de amor les dijo esto:

Yo soy Yahweh tu Dios, Que te hice subir de la tierra de Egipto; Abre tu boca, y yo la llenaré. Pero mi pueblo no oyó mi voz, E Israel no me quiso a mí. Los dejé, por tanto,  a la dureza de su corazón; Caminaron en sus propios consejos. ¡Oh, si me hubiera oído mi pueblo, Si en mis caminos hubiera andado Israel! En un momento habría yo derribado a sus enemigos, Y vuelto mi mano contra sus adversarios. Los que aborrecen a Yahweh se le habrían sometido, Y el tiempo de ellos sería para siempre. Les sustentaría Dios con lo mejor del trigo, Y con miel de la peña les saciaría.  (Salmos 81:10-16)

Elohim (Dios) ama a sus hijos en gran manera, pero si te haces sabio en tu propia opinión y te apartas del camino de la verdad y la justicia, aun Elohim (Dios) mismo quiera cubrirte, eres tú mismo quien estás huyendo de su cobertura, y fuera de su cobertura el maligno tendrá la libertad de afectarte como quiera hacerlo. La humanidad lo quiere todo, a cambio de nada. Queremos su protección, provisión, cuidado, salud, bienes, lo queremos todo, pero a cambio de nada, sin buscarle, sin obedecerle, sin ir a su presencia para estar bajo su hermoso manto de gloria.