La Verdadera iglesia

La Iglesia Mesiánica

Hechos 11: 25-27

Después fue Bernabé a Tarso para buscar a Saulo; y hallándole, le trajo a Antioquía
Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía. En aquellos días unos profetas descendieron de Jerusalén a Antioquía.

Por vuelta del año 132 D.C.  hubo en Israel una revolución comandada por Bar Kojba. Tal judío era religioso y quería un Israel libre del dominio romano. Tito ya había destruido e incendiado Jerusalén y el templo en el año 70 D.C. Después, en la época de la revolución de Bar Kojba, el emperador Adriano cambió el nombre de Israel por philistina o palestina, como si fuese la tierra de los filisteos y su capital, Jerusalén (Yerushalaim), ciudad de Dios de paz) por el nombre Aelia Capitolina (capital del sol), en homenaje al dios sol, adorado también por los romanos.

Un hecho grave aconteció en esa época. El rabino Akiva declaró a Bar Kojba como si fuese el mesías esperado por Israel. Tal hecho fue de gran conflicto entre los creyentes mesiánicos y los no mesiánicos, pues ambos frecuentaban las mismas sinagogas tanto dentro y fuera de Israel. En tal conflicto había muchas razones, pues los judíos y gentiles creyentes no podían aceptar a Bar Kojba como mesías verdadero, según la palabra de Dios. Era muy sabido que él no podría ser el mesías, pues no cumplió con las profecías: él no nació en Belén, no era descendiente de la casa de David y de la tribu de Judá, no fue criado en Nazareth, no nació de una virgen, no fue traicionado y vendido por 30 monedas de plata, no murió en un madero ni tampoco resucitó.

Tomando solamente estos ejemplos de algunas de las decenas de profecías sobre el mesías, concluimos finalmente que Bar Kojba, en hipótesis ninguna, podría ser el mesías de Israel. Así los judíos mesiánicos comenzaron a dejar las sinagogas, pues muchos líderes de estas creían en la falsa declaración del rabino Akiva.

Después de esta época, los creyentes mesiánicos pasaron a ser perseguidos cruelmente por el régimen de Roma. Era el tiempo en que ellos pasaron a reunirse en las catacumbas y otros escondites. Hasta que Elena, la madre del emperador Constantino se convirtió al mesianismo e influenciado por ella, Constantino no solo deja de perseguir a los mesiánicos, sino que declara ahora el cristianismo (ya sin la presencia de los judíos) como una religión oficial de todo el imperio Romano, siendo controlada por Roma a través de sus directos obispos asesores. De allí, entonces, tuvimos el inicio del cristianismo romano, ya conforme a los primeros concilios (como el de Nicea en el 323 D.C.) que daba una nueva estructura al cristianismo, sin embargo, eliminando a los judíos paulatinamente de esa fe, iniciando así un proceso radical de separación de la iglesia de sus raíces judías. Mas tarde, esta religión cristiana ya separada de Israel y de sus tradiciones, costumbres y principios bíblicos judaicos, vino a denominarse catolicismo romano. No fue sino hasta la mitad del siglo XVI cuando Martín Lutero se desliga del mando de Roma, rompiendo con varias de las tradiciones y doctrinas, dando así inicio a la ramificación protestante. Desde ese momento hasta hoy, tenemos una gran cantidad de ramificaciones y denominaciones evangélicas que ya suman más de 8500 denominaciones evangélicas.

Si, por un lado, la iglesia salió de Roma y tomó nuevos rumbos, por otro lado se olvidó de volver a sus orígenes. Sabemos por la revelación del Altísimo que es tiempo ya de que la iglesia cristiana regrese a sus raíces bíblicas y judaicas, proclamadas y vividas por Yeshua y sus discípulos en el primer siglo, y que saque a Babilonia (Roma) de su doctrina, y esto es lo que se propone el Ministerio Mesiánico de Salvación la Sangre de Yeshua, a través de los mensajes predicados en sus kehilot (iglesias), y de sus programas de televisión, en la verdad de Elohim, que las iglesias dejen el paganismo y sincretismo de religiones, y se vuelvan a la sana doctrina; la doctrina pura que vivió la iglesia del primer siglo, tal como creen y practican su fe todos los judíos que se han vueltos a Yeshua en Israel, y los dispersos que vivimos en las diferentes naciones, que han aceptado a Yeshua como su señor y salvador, y continúan viviendo como judíos, pero sin la práctica de la doctrina greco romana, para vivir como un pueblo separado, un pueblo santo.


El judaísmo mesiánico intenta entonces, reparar un terrible error del cristianismo histórico, cuando no solo excluyó a los judíos creyentes de su medio, sino también los obligaba a abandonar su identidad judía para convertirse en un cristiano gentil. Tal injusticia perdura hasta hoy en nuestros días.

Por la historia de la iglesia cristiana vemos cuantas atrocidades ella permitió que fuesen cometidas contra el pueblo judío. Basta recordar los enunciados de algunos concilios, de las cruzadas en la edad media, de la inquisición española y portuguesa y hasta el mismo holocausto, cuando la iglesia calló fríamente frente a tal genocidio.

Ahora, cuando nosotros como cabeza visible del movimiento judío-mesiánico, estamos llamados a reconectar a la iglesia con sus raíces, con su origen, en los moldes de la iglesia del primer siglo conforme a lo vivido por Yeshua y sus discípulos, parte del pueblo cristiano y también del pueblo judío no es capaz de entender el propósito divino, el cual consiste en que la simiente santa dispersa por todo el mundo tiene que ser y está siendo proféticamente restaurada, física y espiritualmente, a través de la revelación del Elohim de los cielos. ¡Amen!

Nosotros tenemos que entender que Yeshua derribó el muro de separación entre los judíos y los gentiles creyentes, que ahora pueden ser considerados parte de la familia de Dios. Obviamente, cada cual llamado a herencias distintas. Pero, la realidad es que la iglesia gentil puede ser reconectada a Israel y tener sus raíces restauradas respetando y reconociendo que los judíos son la raíz y el linaje bendito y escogido, sin la necesidad de ser asimilados al cristianismo gentil. De la misma forma, nosotros los judíos debemos con sabiduría del cielo abrir los ojos de los gentiles que están ciegos en su paganismo idolátrico, para que esta unión sea pacífica y libre, no viendo a los cristianos como enemigos de la fe, pero sí como hermanos por medio de un judío llamado Yeshua, la base de todo es hacerles entender que no fuimos los judíos los que fuimos injertados en el olivo natural, sino que fueron ellos los que fueron injertados en el “olivo” que es Yeshua, pero que también representa al Israel bendito, el pueblo del altísimo (Romanos. 11:
17). Pues como sabemos, ahora los gentiles creyentes pueden participar de la misma “savia” (bendiciones) de la casa de Israel, conforme a lo mencionado por pablo en su carta a los romanos.

Así, los ojos de los cristianos y judíos ortodoxos necesitan ver el judaísmo mesiánico como siendo un puente de unión y no de destrucción de ambos pueblos (pues hay preservación de la identidad y de la comunidad judaica, así como también de la unidad entre los cristianos, como acontecía en el primer siglo de nuestra era). El judaísmo mesiánico que nació con los primeros seguidores de Yeshua renace en el tiempo exacto que el Abba tenía previsto que ocurriese para traer verdadero arrepentimiento y perdón de ambos lados, y en la medida que el ministerio se dé a conocer en las naciones, veremos cómo Yahveh bendice tanto a judíos como a gentiles con su verdad eterna, revelada en este tiempo.

El movimiento judío mesiánico mundial va creciendo de manera vertiginosa (hoy más de 1,500 congregaciones a nivel del mundo) pues la verdad de su doctrina, ha ayudado a quitar todo tipo de antisemitismo que todavía existe en algunos sectores cristianos, (como la vemos en todos los lugares donde hay iglesias del ministerio; pues todos ustedes saben de cuantas cosas nos acusan; pero así mismo también piensan los judíos ortodoxos de los cristianos, y nosotros estamos puestos para llevar tanto a los judíos ortodoxos como a cristianos a reconectarse con los principios de la torá y de la gracia en la creencia en un mesías judío que murió para el rescate de todos aquellos que están llamados a salvación.
Otra importante visión del movimiento judío mesiánico es concienciar a todos que Dios no rechazó a su pueblo escogido y que él ya está recogiendo a su pueblo amado, el cual Ni siquiera conocía su origen, pues una gran multitud había nacido como gentiles, pero ya están despertando a su verdadera identidad, y su alma judía está despertando al sonido del shofar que le está llamando a despertar a su verdadera identidad judía. Y una vez despiertos, todos asuman su llamado irrevocable (Romano 11: 26) para que sean luz para las naciones a través de Mashiaj, el primogénito y unigénito hijo de Dios, conforme lo dicho por el profeta Zacarías 12:10

Finalmente, las sinagogas mesiánicas han contribuido para que ambos pueblos, judíos y gentiles, sean respetados y valorizados en el sentido que cada miembro viva conforme a su llamado de Dios: judío como judío creyente en el mesías, gentil creyente como gentil (no queriéndose convertir en judío, pues ambos linajes son distintos), pero ambos siendo hermanos cumpliendo el propósito de Dios hasta la total restauración de todas las cosas (Hechos. 3: 21), concretizando para siempre el reino de Dios.

Si la biblia nos dice que en Yeshua todos los pueblos pueden ser una sola familia, ¿sería una utopía creer en esto? Si hace casi dos mil años (conforme calendario lunar antiguo) esto fue el inicio de una realidad que marcó el tiempo antes y después de Mashiaj, ¿no se consumaría el final de esa realidad cuando se aproxima la restauración de todas las cosas? Por tanto, acordaos que en otro tiempo vosotros los gentiles estabais sin mashiaj, alejados de la comunidad de Israel, y extranjeros a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Mas ahora en Yeshua ha Mashiaj, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Mashiaj. Porque él (Yeshua) es nuestra paz, que de ambos (judíos y gentiles) hizo uno, derribando la pared intermedia de separación; aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos en ordenanzas, para edificar en sí mismo los dos en un nuevo hombre, haciendo la paz, y reconciliar por la cruz con Dios a ambos en un mismo cuerpo, matando en ella las enemistades. Y vino, y anunció la paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca: que por él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo espíritu al padre. Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino juntamente ciudadanos con los santos, y familia de Dios; edificados sobre el fundamento de los apóstoles (nuevo testamento) y profetas (antiguo testamento), siendo la principal piedra del ángulo Yeshua mismo; en el cual, compaginado todo el edificio (judíos y gentiles creyentes), va creciendo para ser un templo santo en el señor…”
(Efesios 2: 11 – 22).

 

Roe Rudy Mercado

Ministerio Mesiánico de Salvación La Sangre de Yeshua

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